domingo, 1 de febrero de 2015

Ideas y problemas en torno a la formación del Estado de masas en la Argentina


Hegemonía y burocratización 

Indefectiblemente la conformación del Estado de masas en la Argentina tuvo anclaje en procesos globales. El periodo de entreguerras estuvo atravesado por el corrimiento del ordenamiento mundial tras el quiebre del patrón oro. La crisis orgánica de la era liberal del capitalismo llevó a la recomposición de las pautas de acumulación y la reformulación del bloque hegemónico. Esto dio lugar a una nueva configuración de las relaciones en entre Estado y sociedad. La idea de una sociedad de individuos propia del liberalismo contractualista mutó a la de una sociedad de organizaciones. En esta fase de capitalismo organizado, la eficiencia del poder emanó de la racionalidad técnica y su incorporación al aparato del estatal, reformulando su estructura conforme a formas novedosas de articulación entre política, economía y sociedad. Este “estado de compromiso” definido así por Juan Carlos Portantiero, requirió nuevas instancias de representación tanto en regímenes totalitarios como democráticos.[1] En estos últimos, la antigua tensión entre el principio filosófico de la democracia y sus condiciones de institucionalización adquirió, con el advenimiento del Estado de masas nuevas aristas y posibilidades de domesticación relativa.[2]